“Venid a mí, todos los cansados y cargados”

Mateo 11:28

Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. 
Jesús habla aquellas ciudades que había hecho tanto milagros y pesar de ello no se había arrepentido, es decir viendo las señales no creyeron, viendo al Mesías, al hijo de Dios, no le conocieron, oyendo sus mensajes, su palabra, no entendieron ni se arrepintieron, no se convirtieron.

Jesús hace un llamado a venir a Él todos los cargados y cansados y les promete, les asegura que Él le hará descansar, si buscamos los significados de cargado, que está lleno, repleto carga: a su vez es
1. Acción de cargar.
2. Conjunto de cosas que se transportan juntas, especialmente géneros y mercancías.


Bíblicamente carga en el sentido de una responsabilidad pesada, difícil de sobrellevar. El término se aplica metafóricamente a las «cargas» espirituales: «Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí».

Cansado (a) -Dicho de una cosa: Que declina (decae)
-Que produce cansancio o fatiga.
-Que ha hecho una cosa repetidas veces y ya está muy acostumbrado a hacerla.

Si observamos y analizamos los significados se relacionan entre sí, el llevar una carga por mucho tiempo, o muy pasada nos cansará nos debilitará, nos fatigará, haciéndonos caer o parar.

Muchas veces andamos así, con tantas cosas encima: emocionales, espirituales, profesionales, económicas y las peores mentales que nos hacen decaer, nos paralizan o simplemente nos hacen ir más lentos, pero lo sorprendente del cansancio es el resultado de hacerlo repetidas veces.

Wao! Es cierto ¿Por qué nos cansamos? No es solo por la carga que  llevamos, sino por las repeticiones, cuando hacemos lo mismo, lo mismo, lo mismo, vamos a decaer, a fatigarnos, un caballo o un camión no avanzará, con la misma agilidad ni velocidad con una buena carga que vacio.

Así somos los seres humanos, vamos cargados de recuerdos, sentimientos, del pasado, de costumbres, sean buenas o malas, de pecados, con una mochila tan repleta, que nos fatigan, nos detienen, nos paralizan, Jesús llama al pueblo a depositar esa carga, ese cansancio sobre Él, para darles el descanso que esperaban.

Muchas veces nos aferramos a algo o alguien, que nos paraliza, suelta el pasado, déjalo atrás, Dios ordenó a Abraham dejar su tierra y parentela, José tuvo que salir, Jacob, Ester, los discípulos, el apóstol Pablo, y ¿cuántos más? tuvieron que dejar atrás y ¿tú que tienes que dejar?

Lleva tu carga a los pies de Jesús y Él te hará descansar, el te asegura su yugo que es fácil y ligera su carga, Él quiere que cojamos el de Él que es manso y humilde de corazón.

Dios te bendiga palabras de Luz.

Luz Cruz.

New York, Estados Unidos.

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